MEMORIAS DE UNA NOCHE EN EL BOSQUE……

Estaba comenzando a morir el día mientras permanecía sentado sobre una roca cuando decidí armar una pequeña fogata…todo era tranquilidad mientras se iba la tarde, el cielo de fuego moría a lo lejos, el ardiente cielo de la tarde comenzaba a desaparecer, y comenzaba a sentirse un aire helado proveniente del sur que movía en interminable vaivén las ramas de altos pinos que se imponían a mis espaldas, el viento silbaba y una flama apenas nacía en mi pequeña hoguera que pensaba me serviría como fuente de calor. Mi casa de campaña estaba hecha, después de haber pasado ya una noche en aquel mágico lugar, aunque era mi primera experiencia en tan desolada zona no sentía ningún temor, al contrario era tan tranquilo el lugar, solo el viento se escuchaba, o el crujir de alguna rama seca al paso de algún pequeño animalito, los grillos que con su canto arrullaban la noche, la blanca luna que en el cielo exponía a mis ojos su belleza, luna llena, tan blanca, cual candil de aquellas calles europeas de romances que leía en un viejo libro que llevaba conmigo, me encontraba ahí bajo la luz de la luna y un hermoso cuadro llenaba mis ojos, llenaba mis sentidos, llenaba mi ser de indescriptible tranquilidad que me hizo suspirar, ni siquiera el primer día había sido tan relajante, me quedé un momento contemplando la luz que despedía mi fogata, las brasas de la leña subían al contacto del fuego, se convertían en ceniza, brindándome un poco de calor en aquella noche…me dispuse a dormir entonces, apague la hoguera totalmente y entre en la casa de campaña, me encontraba a la tenue luz de una lámpara de petróleo, apenas iluminado para leer un poco de mi maltratado libro que no había terminado de leer desde hacia tiempo, de pronto sentí como mis ojos se resistían a permanecer abiertos y me dispuse a pasar una noche tranquila; apague la lámpara y me acurruqué, a los 2 minutos caí en brazos de Morfeo…mientras fuera solo se escuchaban los apacibles sonidos que brinda un tranquilo bosque, no desperté en toda la noche. Un cálido rayo de sol entró a mi tienda a la mañana siguiente y chocó contra mi cara, desperté, salí de la tienda, de pie mire hacia el frente, mire alrededor mío, aquellos grandes árboles de gigantes copas que abrigaban a cientos de aves, el trino de estas al amanecer, el lago contiguo de apacibles aguas; el ambiente fresco de una mañana me había despertado…y al ver como nacía el sol por el oriente y como había muerto la tranquila y serena noche, supe que era hora de regresar.